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Microcuento #5: Los Perros No Hacen Colas

Guillermo Silvestre (personaje)

La partida de mis amigos fuera del país no me afectó tanto como el hecho de no conseguir amos para los perros que ellos me habían dejado en su cuidado.


A ese punto empecé a pensar que tal vez fui muy complaciente en aceptar el segundo. No podía permitir que los dejaran en la calle.



Claro que quedarme sin amigos era difícil para mí y me afectaba, pero ahora la situación me apretaba las tuercas, conseguir comida para mi era duro y conseguirla para los perros lo era aún más...


Un día en el que mi despensa estaba vacía me urgía salir a compra comida, lo que implicaba hacer cola. Llegué a las 8am al supermercado, la cola ya estaba larga y aún no abrían, pasaban las horas, el sol y el calor ascendían, y la gente desesperaba.


A las 11 llegó una patrulla militar al lugar, la gente expectante aguantaba por tener las esperanzas de que ellos sacarían los alimentos... Y claro que lo hicieron... Solo que por la puerta de atrás, a escondidas y de espalda al pueblo...


La gente al enterarse rompió en un alboroto, desesperados por el calor y las horas aguantando pude oír como una mujer le gritaba a un militar a todo pulmón



¡Ni los perros hacen colas!


Mientras veía como todo rastro de civilización se perdía con la gente intentando entrar por la fuerza y los militares reprimiendo su propio pueblo, pude comprender que vivimos en una situación inhumana, donde si es difícil conseguir comida y medicina para las personas, lo es aun más para las mascotas.




Aún así alguien tenía que hacer algo por ellos...


No tienen la culpa de no conseguir comida, ni de que los humanos seamos unos idiotas eligiendo los lideres de la manada.


Mi amor por los animales me ayudó a encontrar la razón de tenerlos a ellos en mi cuidado. Haría lo necesario por conseguirles el alimento y cuidarlos hasta encontrarles un dueño, crearía una especie de refugio, aunque para algunas personas sonara absurdo pensar en los derechos de los animales.


En realidad encontraba más satisfacción en abogar por ellos, que por las personas. 

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